Los dolores y alegrías de los habitantes de una ciudad pueden decir mucho sobre el camino que se debe tomar para avanzar y cuáles son las acciones claves para conseguir el desarrollo y la felicidad de las familias. Desde Antofagasta Futuro queremos ser un aporte en la construcción de nuestra ciudad, por lo que seguimos conversando con diversos líderes sociales, proyectando una mejor ciudad y buscando consolidar las diversas opiniones que ayudan a ello.
Esta semana conversamos con Esther Croudo Bitrán, Co-Fundadora de Alianza Antofagasta, espacio público-privado que contribuye a fortalecer el capital social, potenciando espacios de confianza que faciliten la acción colectiva para transitar hacia el desarrollo sostenible de Antofagasta.
Junto a ella exploramos las alegrías y tristezas de los antofagastinos en términos de vida urbana, aprovechando de proyectar la ciudad a un mejor mañana.
– ¿Cómo debe crecer Antofagasta?
Antofagasta es una zona evidentemente rica en recursos naturales de todo tipo, desde la época del guano, pasando por el salitre, el cobre, el litio hoy en día, la energía solar, el hidrógeno verde, las tierras raras y un largo etc.
Dado lo anterior y que va a estar siempre en el ojo de las grandes compañías transnacionales, sería importante no socavar ese crecimiento. Yo soy de la idea de que uno debe generar un círculo virtuoso con la industria que aporta a nuestro desarrollo y de la mano de esa industria generar innovación de base tecnológica para que de aquí a uno 10 años o 20 años podamos exportar conocimiento y no sigamos exportando materia prima sin ningún valor agregado.
Sin embargo, no basta un súper ciclo del cobre para ello. Es una tarea de largo aliento que requiere potenciar la formación de talento innovador. Uno de los pilares en los cuales Alianza Antofagasta ha trabajado fuertemente con la colaboración de las instituciones que la componen. Potenciar una educación de vanguardia es un imperativo. Y no estoy hablando de la educación primaria y secundaria solamente, sino también de la educación universitaria. Creo que este desarrollo demanda que las universidades estén haciendo investigación de frontera. Cuando un país logra que sus talentos universitarios estén investigando en la frontera del conocimiento, es cuándo se puede dar el salto.
Sumado a lo anterior, agregaría el urbanismo. Una ciudad como Antofagasta tiene problemas estructurales graves, los cuales necesitamos solucionar colaborativamente, de la mano de un Plan Regulador que potencie una ciudad grata para vivir, que enamore al talento local y que atraiga también al mejor talento del mundo para reunirse, debatir y crear juntos.
Antofagasta tiene los atractivos naturales necesarios para ello, empresas de primer nivel también, necesitamos sólo poner el acento en nuestra capacidad de acogida como ciudad y trabajar por el logro de esa combinación virtuosa entre la infraestructura, la conectividad, la vivienda con un componente más sotf pero igualmente necesario como son las relaciones, las oportunidades, la proyección y el orgullo por Antofagasta.
– ¿Qué tenemos pendiente en Antofagasta y que genera dolor a sus habitantes?
Dentro de los dolores encontramos pendientes largamente anhelados, como son seguridad, movilidad y bienestar. Este último se refleja en aspectos como calles deterioradas; escombros en sitios eriazos y otros no necesariamente eriazos; deterioro de la vivienda de clase media y de su entorno urbano y la escasa o nula oferta de vivienda para quintiles medios bajos y bajos que condiciona a una parte importante de la población a vivir de allegados o en campamentos.
– ¿Y cuáles serían las alegrías de las familias de Antofagasta en términos urbanos?
Cuando tú me dices cuál es la mayor alegría, recuerdo que, desde el Centro Cultural Estación Antofagasta, hicimos hace varios años atrás, una invitación a la ciudadanía. Les solicitamos por medio de las redes sociales que nos enviaran una foto de lo que cada persona consideraba su patrimonio personal. La mayoría de los participantes mandó puestas de sol. Para ellos Antofagasta era eso y si tú hoy miras Twitter a cierta hora del día la mayoría de los hashtags asociados a la palabra Antofagasta tienen relación con las puestas de sol. Una puesta de sol como uno de los mayores orgullos de la ciudad, es muy significativo.
Basada entonces en esa relación que los habitantes tienen con el borde costero, considero que su impulso debería ser un pilar estratégico. Tanto para potenciar el encanto por la ciudad y como para impulsar un frente de desarrollo económico de clase mundial.
– Para ti, ¿cuáles son los pilares para diseñar la ciudad hacia el futuro?
Pondría énfasis en tres pilares. Conectividad en primer lugar, tanto en los ejes longitudinales como en los transversales.
En segundo lugar: sostenibilidad. Es decir, que todo proyecto de construcción que se realice en Antofagasta ya sea habitacional, de empresas o instituciones, cuenten al menos con paneles solares, redes para aguas grises y algún tipo de sistema de monitoreo inteligente.
En tercer lugar, pondría énfasis en la memoria. La renovación urbana debe ser funcional al mejoramiento de la calidad de vida, pero no debe estar desvinculada de la memoria, ni en el diseño, ni en la materialidad. Imagino una ciudad que se proyecta al futuro desde la conciencia identitaria, la valoración de su pasado y el orgullo por Antofagasta.