
Desde Antofagasta Futuro conversamos con el Presidente del Colegio de Arquitectos para conocer su perspectiva en cuanto a puntos críticos, fortalezas y urgencias a considerar por las nuevas autoridades para avanzar en el desarrollo urbano de la ciudad. Dentro de las reflexiones de Paul Rivera, se dio principal relevancia al trabajo con organizaciones sociales y la apropiación de los espacios urbanos para un avance armónico de la comuna y con ello concretar no solo el desarrollo de obras, sino que también su posterior apropiación, uso y cuidado por parte de los vecinos.
-¿Cuáles crees tú, y considerando las nuevas autoridades en la región y el país, que son los desafíos más urgentes para la ciudad de Antofagasta en desarrollo urbano?
Con la llegada de Carlos Contreras a la Seremi de Vivienda y Urbanismo yo lo veo que ojalá se continúe con lo que se estaba haciendo desde el Gobierno anterior. Que no se borre la tarea que se ha hecho con las juntas de vecinos, que se estaba haciendo a nivel barrial. Entiendo que el Quiero Mi Barrio sigue y están trabajando constantemente en eso y ojalá que las políticas sigan así y mejoren. Sabemos que el Gobierno que acaba de entrar tiene una orientación más social que el anterior, lo que se debiera ver reflejado en el desarrollo de la ciudad. Todo lo que está pasando en el lado norte, con la creación de nuevos barrios sociales.
Aprovechar la instancia también para dar los mejores deseos de éxito a todos los seremis que iniciaron su trabajo y que sepan que desde el Colegio de Arquitectos de Antofagasta tienen un aliado para cualquier cosa que quieran desarrollar en la ciudad.
-¿Cuáles crees que son las áreas de trabajo prioritarias para estos primeros meses de Gobierno en Antofagasta?
Yo creo que ellos tienen que llegar a ver lo que estaba pasando y en base a eso empezar a determinar sus áreas de trabajo. Creo que feliz estaríamos todos de, por ejemplo, lo que es el Borde Costero ya se concreten y se puedan ver y disfrutar todos los proyectos que allí hay. Que se abra la playa de La Chimba, que es un tema que ha estado muy complicado desde el año pasado y donde hay cosas que hay que mejorar, evidentemente, para que la Dirección de Obras le dé el pase a la recepción definitiva.
De la localización de los nuevos barrios hay todo un tema con lo que es el agua. Hace un par de semanas atrás, el corte que hubo en ciertas partes de la ciudad nos hizo ver que en realidad Antofagasta no está viviendo solamente del agua potable desalada, sino aún hay sectores que son abastecidos con del agua que llega desde Calama o desde la cordillera. Entonces ahí también hay un tema que hay que ir viendo en unión con Aguas Antofagasta y ver de qué forma la ciudad va a seguir abasteciéndose de este elemento y cómo eso va a redundar en la extensión de los nuevos barrios, donde lo que vemos más común es la vivienda a media altura y donde ya hay otros elementos a considerar.
También es importante ver lo que son las quemas en La Chimba y que de una vez se haga un proceso de aterramiento y manejo de lo que era el antiguo vertedero y se hagan las mejoras al terreno circundante.
-Y en cuanto a las urgencias, ¿cuáles son los puntos críticos para solucionar?
La vialidad tiene mucho que ver en Antofagasta debido a su estructura angosta y larga y obviamente la concentración de servicios y trabajos en la zona central generan tacos en las horas peak que son altísimos. Los mismos trabajos que se están haciendo, por ejemplo, en la Costanera en el sector Sur, en el horario de entrada y salida de los colegios, es casi catastrófico.
En este sentido debiese concentrarse en la vialidad, en no solo ser un tema de mejoras a los ejes longitudinales, sino que también mejoras en los ejes transversales e ir fomentando los nuevos polos que se están formando. Hay polos en el sector Norte, un pequeño polo en el sector Sur y en el centro, y debieran irse concentrando servicios en esos lugares para que los habitantes no tengan que desplazarse grandes distancias ni perder mucho tiempo en sus desplazamientos para poder cumplir con su trabajo y con el pago y compra de sus cosas.
-¿Cuál crees que es la tarea primordial en el área de vivienda que tienen las nuevas autoridades para este año en Antofagasta?
Siempre hay un déficit de vivienda. Se hablaba hace un tiempo de 20 mil viviendas pero en realidad es mucho más. Creo que nunca vamos a llegar a un nivel óptimo que nos permita decir “sí cumplimos o no hay déficit de vivienda”. Siembre va a haber este pendiente.
Pero precisamente en cuanto a viviendas sociales ya hay una política en marcha y espero que sean incorporadas y que nos permita tener nuevos barrios y que los nuevos ocupantes de esos barrios también los cuiden y generen una identidad hacia ellos.
¿Cómo crees que será la relación con las organizaciones sociales este 2022 pensando en un óptimo desarrollo de Antofagasta?
Con mucha participación ciudadana ante todo. Podemos ver lo que se está haciendo en el sector de La Bonilla con estos grandes murales. Se ha mostrado que esa participación de los habitantes hace que se identifiquen con su barrio y empiecen a cuidarlo. Más que nada eso, la despreocupación hacia los espacios públicos muchas veces tiene que ver con que el habitante no se identifica con ellos. El hecho de hacer que los habitantes de cada barrio participen en mejoras hace que justamente ellos puedan identificarse con él y ellos mismos vayan cuidando ese espacio, no dejando que vuelva a ser tomado por delincuentes. Hay que seguir trabajando con las organizaciones sociales y a la vez hacer que los habitantes participen de esto, que se les tome la opinión y que obviamente esa opinión se vuelque en planes de manejo y de trabajo al interior de cada barrio.
Yo creo que esta es la clave para construir un relato de la ciudad y que seguramente nos llevará a un mayor desarrollo. Antofagasta adolece mucho del tema de que uno se identifique con ella. Siempre se habla que la ciudad es sucia, que las aglomeraciones, pero en realidad si no partimos desde nosotros es difícil de que las cosas vayan funcionando. Siempre están los que dicen “oye hay que hacer esto, hay que hacer lo otro”, pero no se hacen cargo.
El tema de trabajar con las organizaciones sociales obviamente hace que las cosas funcionen de forma diferente. Ya no sienten que les impones algo, sino que se hace algo que ellos creen que va a mejorar su calidad de vida.